Conoce la diferencia entre la actividad física y el ejercicio, y cómo cada uno puede contribuir a la condición física.
La actividad física se define como el movimiento que implica la contracción de los músculos. Cualquiera de las actividades que realizamos a lo largo del día que involucran movimientos (tareas domésticas, jardinería, caminar, subir escaleras) son ejemplos de actividad física.
Ahora, el ejercicio es una forma específica de actividad física: actividad física planificada y decidida que se realiza con la intención de adquirir un buen estado físico u otros beneficios para la salud, Hacer ejercicio en un club, nadar, andar en bici, correr y practicar deportes, como fútbol y tenis, son formas de ejercicio.
Entender la diferencia
La mayoría de la actividad física diaria se considera de intensidad leve a moderada. Sin embargo, hay ciertos beneficios para la salud que sólo se pueden lograr con una actividad física más vigorosa. La mejora en la aptitud cardiovascular es un ejemplo. Correr por ejemplo, proporciona mayores beneficios cardiovasculares que caminar a un ritmo pausado. Además, la forma física mejorada no sólo depende de la actividad física que hagas, sino también de la fuerza y la duración de la actividad. Es por eso que es importante hacer ejercicio dentro de tu rango de frecuencia cardíaca objetivo al hacer cardio, por ejemplo, para alcanzar un cierto nivel de intensidad.
Comprender la intensidad
¿Cómo se puede saber si una actividad se considera de intensidad moderada o vigorosa? Si puedes hablar mientras lo haces, es moderado. Si necesitas detenerte para recuperar el aliento después de sólo decir unas pocas palabras, definitivamente es vigoroso. Dependiendo de tu estado físico, un partido de tenis de dobles probablemente sea de intensidad moderada, mientras que un juego singular sería más intenso. Del mismo modo, el baile de salón sería moderado, pero el baile aeróbico se consideraría vigoroso. Una vez más, no es sólo tu elección de actividad, es la cantidad de esfuerzo que requiere.
Componentes de la aptitud física
Idealmente, un programa de ejercicios debe incluir elementos diseñados para mejorar cada uno de estos componentes:
- Resistencia cardiorrespiratoria. Mejora tu resistencia respiratoria (tu capacidad para participar en ejercicios aeróbicos) a través de actividades como caminar a paso ligero, trotar, correr, andar en bici, nadar, saltar a la cuerda, remar, etc. A medida que alcanzas los objetivos de distancia o intensidad, vuelve a restablecerlos o cambia a una actividad diferente para seguir desafiándote.
- Fuerza muscular. Puedes aumentar la fuerza muscular de manera más efectiva levantando pesas, ya sea con pesas libres como mancuernas o máquinas de pesas.
- Endurecimiento muscular. Mejora tu resistencia mediante ejercicios de acondicionamiento físico, ejercicios con pesas y actividades como correr o nadar.
- Flexibilidad. Trabaja para aumentar tu nivel de flexibilidad a través de ejercicios de estiramiento que se realizan como parte de tu entrenamiento o mediante una disciplina como yoga o pilates que incorpora muchos estiramientos.
Si bien es posible abordar todos estos componentes de acondicionamiento físico con un estilo de vida físicamente activo, un programa de ejercicios puede ayudarte a lograr beneficios aún mayores.
Aumentar la cantidad de actividad física en tu vida diaria es un buen comienzo, como estacionar a pocas cuadras de tu destino para caminar. Pero para lograr realmente los objetivos de acondicionamiento físico, querrás incorporar actividades estructuradas y vigorosas en tu agenda para ayudarte a alcanzar aún más tus objetivos de acondicionamiento físico y salud.
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