Sé inteligente
Mover tu cuerpo mejora tu materia gris, haciéndote más inteligente, más feliz y más resistente. De hecho, algunos científicos progresistas creen que desarrollar músculos y acondicionar el corazón y el sistema circulatorio son efectos secundarios: el ejercicio se trata realmente de tu cerebro.
“La verdadera razón por la que nos sentimos tan bien cuando bombeamos sangre es que hace que el cerebro funcione de la mejor manera”, dice John Ratey, MD, profesor clínico asociado de psiquiatría en la Escuela de Medicina de Harvard. “El objetivo del ejercicio es construir y acondicionar el cerebro”.
Así es cómo:
El cerebro tiene que ver con la comunicación. Está compuesto por 100 mil millones de neuronas que se comunican entre sí a través de neurotransmisores, que gobiernan cada pensamiento y acción. Y el ejercicio aumenta estos neurotransmisores, incluida la norepinefrina, que despierta la atención, la percepción, la motivación y la excitación; la serotonina, que dirige las señales que influyen en el estado de ánimo, la impulsividad, la ira y la agresión; y dopamina, que gobierna la atención y el aprendizaje, además de nuestro sentido de satisfacción y recompensa.
A medida que nos movemos, nuestro cerebro aprende a moverse mejor la próxima vez. El ejercicio estimula el cerebelo, que coordina todas las funciones motoras del cuerpo, como pararse, aventar una pelota y hacer un salto.
Nuestros cerebros se vuelven más activos cuando estamos activos; esto hace que las neuronas se disparen al unísono, creando ondas cerebrales. Usando el monitoreo de electroencefalograma (EEG) para rastrear pulsos eléctricos, los investigadores descubrieron que el ejercicio intensifica la amplitud y frecuencia de las ondas cerebrales, y que más ondas beta se asocian con un estado más alerta.
Crear nuevas neuronas, un proceso llamado neurogénesis, es crucial para la memoria a largo plazo. En un informe de 2016 publicado en Frontiers in Human Neuroscience, los investigadores realizaron resonancias magnéticas de corredores de campo traviesa e identificaron una "conectividad significativamente mayor" entre partes de sus cerebros asociadas con la atención, la toma de decisiones, la multitarea, el procesamiento de información sensorial y la memoria, en comparación con un grupo de control de no corredores.
“Salir a correr es como tomar un poco de Prozac y un poco de Ritalin porque, al igual que las drogas, el ejercicio eleva estos neurotransmisores [serotonina, norepinefrina y dopamina]”, dice Ratey. En el proceso, el ejercicio ayuda a nuestro cerebro a equilibrar las hormonas. Él cree que, además de aliviar la depresión, esta armonización de nuestras hormonas también nos inocula contra el estrés tóxico y alivia la ansiedad. “Mantener tu cerebro en equilibrio puede cambiar tu vida”.
La actividad física induce al cerebro a crear enzimas que mastican la placa de proteína beta amiloide asociada con la enfermedad de Alzheimer, al mismo tiempo que reducen la inflamación. El ejercicio, junto con cambios en el estilo de vida, como una nutrición sólida y un sueño de calidad, en realidad puede ayudar a mantener a raya la placa y retrasar el deterioro cognitivo.
Todos los procesos que desencadena la actividad física en el cerebro suman una sola cosa: mover el cuerpo mantiene joven el cerebro.
Todo lo que hemos aprendido continúa confirmando que el ejercicio ayuda a prevenir el deterioro cognitivo a medida que envejecemos. Todos los protocolos antienvejecimiento incluyen ejercicio en gran medida; a menudo es el cambio de estilo de vida número uno para ayudar a las personas a prevenir el envejecimiento y el deterioro cognitivo.
¿Tú qué opinas? ¿Te sientes más inteligente, enfocado y joven desde que entraste al mundo del Fitness?
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